Creo que todos sabemos que en internet el terrorismo yihadista encuentra su caldo de cultivo. Sin embargo, una nueva fuerza está emergiendo para enfrentarlo: la inteligencia artificial (IA). Pero, ¿podemos realmente confiar en que esta tecnología detecte a tiempo a potenciales futuros terroristas antes de que sea demasiado tarde?

Tradicionalmente, la identificación de individuos en riesgo de radicalización ha dependido de métodos de observación directos y de análisis psicológico clínico. Sin embargo, el crecimiento de las actividades extremistas en línea ha presentado nuevos desafíos y oportunidades para la intervención mediante el uso de la IA.

Radicalización Online

Dede hace años parece que encontramos más noticias donde la radicalización hacia el yihadismo no ha ocurrido en las mezquitas ni en oscuros callejones ni extrarradios de ciudades. Sucede en la comodidad del hogar. Cualquier joven, incluso sin más deseo aparente que su curiosidad, podría terminar navegando y encontrar propagandas extremistas religiosas disfrazadas de identidad cultural o mensaje de paz.

Las redes sociales, foros, e incluso chats de videojuegos están siendo infiltrados por mensajes de odio y violencia. A veces con la justificación de defender los intereses Palestinos y atacar al Estado de Israel se crean debates que terminan llamando a la instauración de la Sharía.

Escaneando las Redes Sociales

Hace mucho tiempo que en el juego entró la IA. Una especie de soldado en la sombra, escaneando cada palabra, cada símbolo, y cada conexión en busca de signos de radicalización. En X (Twitter) no se les pasa ni una a los diversos servicios de inteligencia. Lo mismo ocurre en Facebook y otras redes menos conocidas.

Con la precisión de un francotirador, estos algoritmos están diseñados para detectar cualquier desliz hacia el extremismo.

¿Pero, y si fallan? ¿Sabemos cuán seguras son las medidas implantadas por la detección de mensajes de odio?

Lo primero es decir que la radicalización no es un proceso instantáneo. Es cierto que existen procesos ultrarrápidos que se dan en dos semanas, pero no es lo normal y sucede en perfiles muy concretos de sujetos. Éste es un viaje psicológico que suele implicar la exposición a ideologías extremistas, la interacción con individuos o grupos radicales, y la eventual aceptación de la violencia como medio legítimo para alcanzar objetivos políticos o religiosos.

La IA se está utilizando cada vez más para rastrear y analizar patrones de comportamiento en línea que pueden ser indicativos de una radicalización incipiente. Mediante el uso de algoritmos avanzados de aprendizaje automático, los sistemas de IA pueden escanear grandes cantidades de datos provenientes de redes sociales, foros, y sitios web frecuentados por grupos radicales. Estos sistemas pueden identificar cambios en el lenguaje, el tono emocional, y las conexiones sociales que podrían sugerir un aumento en la exposición a ideologías extremistas.

Por ejemplo, un individuo que comienza a frecuentar foros extremistas puede mostrar un cambio en su lenguaje, adoptando términos y expresiones específicas del yihadismo. También puede empezar a interactuar más con cuentas o perfiles que promueven la violencia. Al cruzar estos datos con un análisis psicológico de los patrones de comportamiento, la IA puede ayudar a construir un perfil que indique un riesgo creciente de radicalización.

Es la prevención del terrorismo con IA una Ciencia Ficción

En absoluto. Todo lo contrario. La prevención del terrorismo es un objetivo clave de las agencias de seguridad en todo el mundo y, desde hace tiempo, se tiene en cuenta el enorme potencial que ofrece la combinación de psicología e IA. La psicología proporciona el marco teórico necesario para entender los factores de riesgo asociados con la radicalización: traumas personales, la búsqueda de identidad, la percepción de injusticia, y la necesidad de pertenencia son solo algunos de los elementos que pueden predisponer a un individuo a adoptar ideologías extremistas.

La IA, por su parte, amplifica la capacidad de los analistas para detectar estos factores de riesgo en tiempo real y a gran escala. Al analizar los datos de comportamiento en línea, los sistemas de IA pueden identificar patrones que, combinados con el conocimiento psicológico, permiten una intervención más temprana y específica.

Por ejemplo, los algoritmos pueden ser programados para detectar discursos que justifiquen la violencia, o interacciones repetidas con contenido que glorifique actos terroristas. Cuando estos patrones emergen, los perfiles psicológicos generados por la IA pueden alertar a las autoridades sobre individuos que necesitan una intervención antes de que progresen hacia actos violentos.

Además, la IA puede ser utilizada para simular escenarios y predecir la evolución del comportamiento de un individuo, basándose en datos históricos y psicológicos. Esto permite a los psicólogos y analistas de seguridad planificar estrategias de intervención más efectivas, personalizadas según el perfil psicológico de la persona en cuestión.

¿Qué nos depara el futuro?

La tecnología avanza y la amenaza también. Vivimos en un mundo donde la lucha contra el terrorismo ha dado un giro radical. Pero en este nuevo campo de batalla, donde los yihadistas ya no se esconden solo en montañas lejanas sino también en los rincones oscuros de la deepweb, la IA es una esperanza.

El uso de la inteligencia artificial en la lucha contra la radicalización hacia el yihadismo representa un avance significativo en la prevención del terrorismo. Al combinar la capacidad analítica de la IA con el profundo entendimiento de la psicología humana, es posible identificar de manera más efectiva a aquellos en riesgo y ofrecer intervenciones a tiempo. Sin embargo, es crucial que estas tecnologías se utilicen con cuidado, respetando los derechos individuales y asegurando que los perfiles generados sean precisos y no discriminatorios. Solo así podremos aprovechar el potencial de la tecnología en beneficio de la seguridad global.